Se cree que los damascos originaron en el Norte central y occidental de China hace 4,000 años. Luego de las expediciones de Alejandro Magno en el área, se llevaron las semillas al Medio Oriente.
De ahí, los damascos se esparcieron a lo largo de Turquía, Grecia y España. Los exploradores españoles introdujeron la fruta a California, donde se registró la primera producción en 1792.
Hoy en día, Turquía es el líder sin igual de la producción de Damascos secos.