A pesar de que se cree que los girasoles se originaron en México y Perú, fueron unas de las primeras plantas en ser cultivadas en los Estados Unidos. Han sido cultivadas por más de 5,000 años por los nativos norteamericanos, quienes no solamente usaban las semillas como comida y fuente de aceite, sino que usaban las flores, raíces y tallos para distintos propósitos, incluso como pigmento para teñir. Los exploradores españoles llevaron girasoles a Europa, y luego de ser cultivados en España, se expandieron a países vecinos.
Hoy, los principales líderes en la producción comercial de semillas de girasol incluyen a los Estados Unidos, Federación Rusa, China, Perú, Argentina y los Balcanes.